15 may 2009

Los “Pecados griegos” de Javier Tomeo

Tomeo con su libro ?Pecados griegos'. Foto: Susana Alfonso
Valencia, 15/05/09
Javier Tomeo dibuja la conversación nocturna entre Fedra y Godofredo, un enano adivino, en su último libro, Pecados griegos. Un diálogo en un jardín de un palacio en la Antigua Grecia, a la luz de la luna le sirve de escenario para lanzar reflexiones al lector, pero siempre de manera lúdica.

En esta novela, Javier Tomeo crea anacronismos que desorientan al lector, que, despojado de prejuicios, debe centrarse en el diálogo sobre política, amor y cultura de ambos personajes. Fedra quiere consultar al enano Godofredo, un adivino republicano, feo, deforme, pero muy sabio, el significado que tendrá en su futuro un gemido que ha escuchado en sueños. En la conversación surgirá el proyecto de Fedra de ir a Eulisis ya que su nodriza, Eunone, le ha hablado del rito de Perséfone y Deméter. Godofredo, como adivino, emplea palabras y argumentos que aún no se han inventado ni empleado, y a lo largo de esta charla, en busca de la clave del gemido, hará gala también de su extenso conocimiento sobre la mitología griega. 

Según Tomeo, Pecados griegos es "un divertimento que retrata la Grecia clásica y las circunstancias de la época a través de una mujer que trata de escapar huir de su destino fatal". El autor ironiza  sobre la propia mitología griega y deja bien claro que algunas de las cuestiones que se plantean en el libro pueden perfectamente ser analizadas en la actualidad. El propio nombre del protagonista, Godofredo,medieval, es un elemento totalmente surrealista al estar presente, y muy real, en el palacio de una reina griega.
“Pecados griegos" reflexiona sobre la forma que tenían los griegos de vivir al margen de distintas cuestiones esenciales  y utiliza la fórmula del diálogo, característica central de las obras de Javier Tomeo, quien reconoce que Grecia ha sido una fuente constante de inspiración. 

Sobre el autor
Javier Tomeo estudió Derecho y Criminología en la Universidad de Barcelona. En la década de los ochenta se confirmó como uno de los mejores y más personales narradores españoles contemporáneos. Muchos de sus escritos se han adaptado al teatro, tanto en España como en otros países, con extraordinario éxito. Tras publicar su primer libro,  El castillo de la carta cifrada, en 1.979, han ido apareciendo Amado monstruo, Historias mínimas, El cazador de leones, El discutido testamento de Gastón de Puyparlier, Diálogo en re mayor; La agonía de Proserpina, 

La máquina voladora, Los misterios de la ópera, Un día en el zoo, El alfabeto, Napoleón VII, La rebelión de los rábanos, Patíbulo interior, la patria de las hormigas, El canto de las tortugas, La soledad de los pirómanos, Cuentos perversos, La mirada de la muñeca hinchable, Los nuevos inquisidores, El cantante de boleros, Doce cuentos de Andersen contados por dos viejos verdes y Los amantes de silicona.