No puedo resistirme. Esta anécdota la voy a contar. Hace unos años la cooperativa de segundo grado y primera empresa de exportación hortofrutícola de Europa, Anecoop, invitó a presidentes y directivos de cooperativas agrarias valencianas a un viaje a California. El motivo fundamental era el que conociesen los sistemas aplicados en ese estado americano en su agricultura. Fundamentalmente en cítricos y vino.
Climas parecidos, producciones similares, técnicas distintas…, lo que convertía el viaje en algo muy interesante por la posibilidad de comparar y aplicar, si eso era recomendable, las prácticas californianas a nuestra agricultura.
Pero el viaje profesional incluía también, como siempre suele ocurrir, la visita lúdica o cultural que sirve para “desengrasar” y hacer más ameno el largo desplazamiento.
Las Vegas y San Francisco fueron, entre otros, destinos elegidos para este fin.
Muchos de los presidentes y directivos cooperativistas, procedentes de todos los rincones de nuestra Comunitat Valenciana –raro es el pueblo que no tiene una cooperativa agraria y que ésta o sea la empresa más importante o la única de grandes dimensiones de dichas poblaciones-, quedaron asombrados al llegar a San Francisco y observar que en multitud de sus casas ondeaba la bandera del arcoiris, la misma que tiene las cooperativas…
La primera de las reflexiones, de muchos de ellos, fue el alto nivel cooperativista que había en San Francisco y no salían de su asombro. Cómo en una ciudad como San Francisco (considerada la capital mundial del colectivo gay, que merece todos mis respetos, como no podría ser de otra forma), podían haber tantos cooperativistas. Es más, algunos de ellos, evidentemente despistados, entraron a tomarse unas cervezas a un local de ese ambiente, lo que les incrementó todavía más su confusión.Una vez aclarado el tema, la anécdota pasó a ser eso, una simple anécdota.
La iniciativa del nuevo alcalde de Valencia, Joan Ribó, de desplegar la bandera del arcoiris en el Ayuntamiento de Valencia en homenaje a este colectivo, me ha traído a la memoria lo que les he relatado.
Y sin nada que objetar a esta iniciativa, espero que ponga el mismo empeño en rehabilitar, como ha sí lo ha afirmado, un barrio como El Cabanyal, que ya toca.