Organizado por el Gremi de Llibrers y la Facultat d’Economia de València.
Valencia, 01/05/2009
Los profesores de la Facultat d’Economia de València Vicente Pallardó y Pau Rausell han expuesto, respectivamente, las causas y efectos de la crisis financiera mundial, y las transformaciones que, como consecuencia de la misma, se están produciendo en los bienes y mercados orientados al consumo cultural, con ayuda de las nuevas tecnologías. Durante el transcurso del coloquio se ha llevado a cabo, en la misma sala, una experiencia de edición de libro listo para ser adquirido por el lector, sin utilizar los canales habituales de edición, distribución, promoción y venta. El autor Vicente Castaño ha editado y ofertado en Internet la obra “Relato ligero de un viaje obstinado”.
Vicente Pallardó: “El endeudamiento creciente no es sostenible”
El analista y director del Observatorio de Coyuntura Económica Internacional Vicente Pallardó ha centrado su intervención en algunas ideas básicas “olvidadas”, que han facilitado el descenso al actual infierno financiero, comenzando por “unos tipos de interés demasiado bajos en Europa, sin inflación en bienes y servicios”. El exceso de liquidez y escasa rentabilidad en los productos de inversión “han desincentivado el ahorro y estimulado el endeudamiento”. Aparte, se han inventado productos de mayor rentabilidad, con el agravante de que “ni los reguladores, ni el inversor medio entendían estos productos, pero depositaban el dinero”. Todo ello ha desembocado en “burbujas sustentadas sobre la nada”. Pallardó ha subrayado que, en el caso del exceso inmobiliario, “lo de la vivienda se sabía”. Según el analista, “ahora es lógico que los tipos de interés estén prácticamente a cero, pero cuando se recomponga la situación, deberán regresar a parámetros de normalidad”.
Sobre la política fiscal, Vicente Pallardó advierte que el equilibrio presupuestario no es suficiente. “Cuando las cosas van bien, el sector público tiene que recaudar”. El analista afirma que “el endeudamiento creciente no es sostenible”. Los bancos tienen que devolver el dinero prestado del extranjero en la fase expansiva. Pallardó prevé que el déficit público caerá de aquí a final de año algo más de las estimaciones oficiales.
¿Hay que regular o no?, se pregunta el analista. “Hay un punto intermedio, que se ha olvidado: la regulación es imprescindible para el sistema financiero, porque garantiza la competencia, la transparencia y ayuda a respetar el principio según el cual quien haga las cosas bien, se lleva la remuneración”. Esta crisis, en cambio, ha puesto de relieve que “no se ha garantizado la competencia, la transparencia ha sido nula y ha derivado en un sistema –que no puede funcionar- en el que uno se lleva los premios y traslada a otros las penalizaciones”, remarca Pallardó.
El profesor de Análisis Económico ha enumerado los “errores Greenspan”, en referencia al ex director del Tesoro de Estados Unidos. Entre los cuales, “mantener intereses bajos y salvar fondos de inversión mal gestionados”. Su reflejo se ha trasladado hacia “administraciones públicas que malgastan y piden dinero, empresas automovilísticas y economías domésticas”. Pallardó advierte sobre la conveniencia de “recuperar algunas cosas que se sabían y que se han olvidado, tan pronto como vuelva la estabilidad del sistema”.
Sobre la controversia pública en torno a la inyección de liquidez a la Banca, por parte del Estado, Pallardó ha avalado la corrección de la medida. Más aún, ha pronosticado que, “si no hay quiebras, el Estado obtendrá ganancias cuando cobre los bonos adquiridos para que la Banca pueda devolver los créditos captados en el exterior”.
Pau Rausell: “Se acaba la intermediación entre creadores y consumidores de bienes culturales”
Pau Rausell es profesor de Economía Aplicada y director de la Unidad de Investigación de Economía de la Cultura (Facultat d’Economia de València). Su intervención ha abordado los efectos de la crisis en los sectores relacionados con la cultura. “No tiene el mismo impacto en la ópera, donde los precios son poco elásticos y el alto coste de la butaca se halla bajo una fuerte subvención pública, que en otros bienes culturales complementarios como los museos, donde la restricción en los viajes puede afectar al número de visitas”.
En el mundo del libro, Rausell se ha referido a la investigación y estudios culturales en marcha sobre los efectos de la renta en el consumo de bienes culturales. “Respecto de la adquisición de libros, es posible que el efecto sea mínimo en términos generales, pero puede ser relevante o suponer registros negativos en determinados lugares de residencia o zonas geográficas”. También el teatro es escasamente sensible a las variaciones de renta, “pero puede sufrir una contracción en la demanda a causa de que se trata de una actividad muy subvencionada por el sector público”.
Pau Rausell afirma que la crisis y sus efectos en el mundo de la creación, producción, distribución y consumo cultural nos aboca a un nuevo horizonte: “Estamos en un momento revolucionario”, señala, “porque se abre una nueva fase del capitalismo cultural”. “Si antes se generaba la riqueza sobre bienes tangibles, en el futuro, cada vez más, la riqueza se generará a través de la producción simbólica”.
Rausell pone como ejemplo la irrupción, hace pocos años, de la autora de Harry Potter, el fundador de Microsoft o de alguna líder del sector del entretenimiento televisivo en la lista Forbes de las grandes fortunas mundiales, “coincidiendo con un tiempo de fuerte revolución tecnológica”. Para Rausell, el nuevo modelo eliminará intermediarios entre creadores y consumidores culturales. “La pérdida de credibilidad de medios informativos tradicionales entre consumidores culturales que analizarán el riesgo de su inversión en un producto cultural –un libro, una entrada de cine, teatro, etc.- estimulará el funcionamiento de redes horizontales, y estrechará el contacto entre creadores y consumidores”. La caída de la intermediación, señala Rausell, “romperá barreras y democratizará el acceso a la creación”. El economista puso como ejemplo la autoedición de libros y su comercialización a través de Internet, una experiencia que todavía debe mejorar la fase de promoción del producto.
Rausell definió el futuro organigrama que integrará la producción y consumo cultural como ‘Modelo hígado’, por su similitud con el órgano del cuerpo humano. “Tendrá un carácter multifuncional, porque filtra, articula, depura, decanta… las relaciones entre la creación, la producción y el consumo”. El investigador también se refiere a las iniciativas destinadas a prever los gustos del consumidor cultural: “la capacidad de adivinar o prever qué factores pueden ayudar a la demanda, tiene mucho valor económico, por ejemplo en el éxito o no de una producción cinematográfica”.
En este nuevo horizonte, según Rausell, las librerías, más que espacios de venta de libros, pueden ser “lecturerías, si se me permite el neologismo: espacios solventes de recomendación de lecturas”.
Un autor edita y vende su libro durante el coloquio
Durante la exposición de los profesores Vicente Perelló y Pau Rausell, con la ayuda de un ordenador portátil y una conexión a Internet, un autor ha seguido los pasos indicados en una página web, hasta hacer accesible la obra a los lectores. Vicente Castaño ha elegido portada, dimensión, tipo y calidad de papel, tamaño de letra, precio de venta al público y márgenes de beneficio, entre otras variables, y ha puesto su libro en la Red. Su título, “Relato ligero de un viaje obstinado”. El lector, y las librerías, pueden adquirirlo en Internet.
