Seis agentes de la Policía Local de Puçol, seis bomberos del consorcio provincial y 19 miembros de la brigada municipal de obras no pegaron ojo la noche de San José. Su objetivo: que la cremà de las fallas transcurriese sin ningún tipo de incidente y que las calles de Puçol amaneciesen limpias y sin rastro de la fiesta fallera.
Como cada año, el Ayuntamiento de Puçol activó el día 19 de marzo, con motivo de la Nit de la Cremà, un dispositivo especial en el que participaron tanto agentes de la Policía Local y miembros de la brigada municipal de obras como bomberos del consorcio provincial, concretamente del parque de La Pobla de Farnals.
Vicente Giménez, intendente jefe de la Policía Local de Puçol, explica que “seis agentes de la policía, cinco bomberos, un conductor y un camión de bomberos velaron por la seguridad. Empezaron a trabajar aproximadamente a las 24:00 horas, con la cremà de la falla Picaio y acabaron sobre las 4:15 de la madrugada, hora en que finalizó la de L’Antiga Muralla. No se registró ningún incidente y todas las fallas se quemaron con total normalidad. Además de los bomberos y los policías, una ambulancia con un ATS estuvo presente en todas las cremàs, por si acaso, y la brigada municipal de obras se encargó de controlar y apagar la cremà de la falla Camí La Mar”.
José Manuel Reyes, coordinador de la brigada municipal de obras, indica que “en total diecinueve trabajadores de la brigada, dos camiones, un tractor y una furgoneta fueron necesarios la Nit de la Cremà. Empezamos a las 23:00 horas en la falla Camí La Mar, con su cremà y después quitando la arena, limpiando con mangueras la calle y retirando las placas y vallas. Y así, a destajo, una falla tras otra para que al día siguiente todo estuviese limpio y sin rastro de las fallas”.
Gracias al trabajo de estos trasnochadores policías, bomberos y brigadistas, las fallas de Puçol se despidieron de su edición de 2011 con una cremà sin incidentes. Y el domingo 20 de marzo, las calles de Puçol se despertaron sin resaca, limpias y sin rastro de las fallas.
A esta labor callada y poco vistosa, aunque imprescindible para el buen funcionamiento de la fiesta, el concejal de policía añade un detalle que siempre es más conocido y comentado por los vecinos: evitar un incendio en un inmueble de la calle Santa Teresa, situado junto al barranco.
“Sobre las 13 horas del día 19, unos petardos lanzados por unos jóvenes en el barranco acabaron incendiando un balcón y las cortinas”, recuerda Ángel Sánchez. “Los vecinos estaban haciendo la siesta, por lo que fue precisa la intervención de la pareja de policías que estaba en la zona a la espera del comienzo de la mascletà. Su rápida intervención transformó en un simple incidente lo que podía ser un grave accidente. El numeroso público que vio lo sucedido los recibió con aplausos cuando regresaron al barranco para la mascletà”.
Así es el trabajo: día y noche, visible o casi invisible, pero la brigada, los bomberos y la policía siempre están ahí. Si nadie se fija en ellos es que todo ha ido de perlas. Si hacen falta, ahí están, dispuestos a cumplir con su trabajo.
