Valencia, 09/07/2015, Mario Beltrán Pilato (mbeltranpilato@gmail.com)
En abril de 1986 un grupo de periodistas valencianos participamos en un curso sobre la entonces Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea), en las ciudades de Valencia, Bruselas y Luxemburgo. La entrada en vigor del Tratado de Adhesión a la CEE se había producido el uno de enero de ese mismo año. Acompañados por representantes de la Generalitat Valenciana, entre los cuales se encontraba un jovencísimo Ximo Puig, hoy presidente de la máxima institución de todos los valencianos, pudimos conocer las instituciones europeas y realizar encuentros con europarlamentarios españoles y de otros países miembros.
Por cierto, allí también se encontraba como asesor jurídico de los europarlamentarios valencianos otro jovencísimo Manuel Mata, actual portavoz de las Cortes Valencianas por el grupo socialista.
Los ánimos de los españoles, de los valencianos por pertenecer a la tan ansiada Comunidad Económica Europea eran evidentes y así lo reflejaban en la intensidad y dedicación a su trabajo.
Para nuestra autonomía, la valenciana, suponía la apertura, aunque con restricciones durante años, de los mercados comunitarios a las exportaciones de productos fundamentalmente alimentarios: Nuestros cítricos fueron utilizados como moneda de cambio a pesar de existir la preferencia comunitaria y no se un producto excendetario.
Además accedimos a importantísimos fondos económicos cuyo objetivo perseguía contribuir a la concurrencia entre países.
La adhesión a la CEE suponía pertenecer a una Europa y dejar de sentirnos diferentes y aislados. Todo ellos se reflejaba, como antes he mencionado, en el ánimo de la sociedad española y especialmente en la valenciana por su clara vocación exportadora.
Aunque esto no es nuevo en la historia europea: Hitler y Satlin pactaron antes de la invasión de Polonia por parte de las tropas nazis.
El cambio de modelo económico que se está produciendo en nuestro país provocado por la terrible crisis económica, ha puesto de manifiesto el papel de nuestras exportaciones, que no compiten en bajos precios por su alto valor añadido, de las cuales más del 50 por ciento se dirigen a la zona euro. En nuestra comunitat las exportaciones agroalimentarias lideran, estando por delante de la segunda partida que es la de automóviles (Ford).
Que dirigentes políticos de este país duden de la necesidad de avanzar y no retroceder en los objetivos de esa construcción europea, pone los pelos de punta y revela su incapacidad como personas con visión de Estado.
La demagogia nunca debe suplantar a la razón. Dicho de otra forma, debemos reclamar a esos representantes políticos que dirijan sus esfuerzos a construir la nueva Europa que todos necesitamos, no a dividirla como medio de acceder al poder a costa de que perdamos los ciudadanos.
Qué seríamos ahora los españoles, los valencianos, fuera de la UE. Da miedo solo pensarlo.
Publicado por Noticias Comunitat Valenciana (NCV)
