Una vez detectado el fallo, una investigación interna determinó que no había indicios de que dicha información hubiese sido robada por terceras partes que pudieran utilizarla con fines ilegales, pero la compañía ha preferido hacer dicha recomendación a través de su blog oficial como medida preventiva.
Pese a que el problema ya ha sido solventado y no haya nada que lleve a sospechar que vaya a tener mayores repercusiones, desde Twitter aseguran que forma parte de su política de transparencia hacer partícipes de lo ocurrido a todos los que utilizan diariamente utilizan la plataforma.
Al mismo tiempo también han asegurado que todos los registros que pudieran contener información sobre las contraseñas.
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