Valencia, 21/06/2012, S. Soria
Raquel Martos “cumple un sueño de muchos años” y debuta en el panorama literario con una intensa novela cargada de sentimientos y de lealtades en estado puro. Desvela la autora en Valencia que Los besos no se gastan “trata sobre la amistad y la solidaridad de dos mujeres y por eso tiene dos protagonistas que cuentan su propia historia desde su particular punto de vista y a través de distintas etapas de su vida“. El lector descubre así la historia de dos vidas que corren paralelas, con saltos continuos al pasado y al presente de ambas.
El encuentro fortuito de dos mujeres en un aeropuerto es el punto de arranque de una historia sobre la amistad de Eva y Lucía. Ambas han vivido media vida juntas, pero el destino y una cuenta pendiente del pasado las ha separado. El presente que están viviendo las coloca en medio del desamor: Lucía, recién abandonada por Jorge, y Eva, a punto de divorciarse de su marido, el padre de su hija y su único gran amor. Quemadas por las circunstancias, ambas se necesitan más que nunca, ahora que sus vidas andan revueltas, abiertas en canal, ya que su amistad es una cura, un antídoto. Y necesitan volver a reir como cuando eran niñas. Esa risa imparable, la que brota en cascada y no puedes controlar. Esa risa cómplice que solo surge cuando conectas de verdad con el alma de otra persona.
Raquel Martos “cumple un sueño de muchos años” y debuta en el panorama literario con una intensa novela cargada de sentimientos y de lealtades en estado puro. Desvela la autora en Valencia que Los besos no se gastan “trata sobre la amistad y la solidaridad de dos mujeres y por eso tiene dos protagonistas que cuentan su propia historia desde su particular punto de vista y a través de distintas etapas de su vida“. El lector descubre así la historia de dos vidas que corren paralelas, con saltos continuos al pasado y al presente de ambas.
El encuentro fortuito de dos mujeres en un aeropuerto es el punto de arranque de una historia sobre la amistad de Eva y Lucía. Ambas han vivido media vida juntas, pero el destino y una cuenta pendiente del pasado las ha separado. El presente que están viviendo las coloca en medio del desamor: Lucía, recién abandonada por Jorge, y Eva, a punto de divorciarse de su marido, el padre de su hija y su único gran amor. Quemadas por las circunstancias, ambas se necesitan más que nunca, ahora que sus vidas andan revueltas, abiertas en canal, ya que su amistad es una cura, un antídoto. Y necesitan volver a reir como cuando eran niñas. Esa risa imparable, la que brota en cascada y no puedes controlar. Esa risa cómplice que solo surge cuando conectas de verdad con el alma de otra persona.
Leer más: Los besos no se gastan, sentimientos, lealtades, amistad y solidaridad en estado puro entre dos mujeres de hoy