Carmen Alborch con su libro. Autora foto: Susana Afonso
Valencia, 29/11/2009
'La ciudad y la vida', el último libro de Carmen Alborch, destila las reflexiones y las vivencias de una mujer comprometida con su país y con su tiempo. “Mi generación tuvo un compromiso con la lucha por la democracia y la libertad y no pienso desistir de ese compromiso. Todos los libros tienen y contienen una historia, responden a un propósito o motivación que es difícil reflejar en una introducción que invite a su lectura. Se me ocurre que éste podría resumirse aludiendo al título del libro de Pavese, El oficio de vivir, o en una frase de Ortega, «Cada vida es un punto de vista sobre el universo», o, como dice Martín Garzo, «La literatura es el regreso a los lugares donde perdimos el corazón»: en todo caso, sé que «el acto de escribir es el acto de descubrir aquello en lo que creemos». Escribir nos descubre y nos delata, muestra nuestras inquietudes, preferencias, valores, lo que estimamos, aquello que nos motiva, lo que nos interesa, ocupa y preocupa, lo que nos divierte, lo que nos apasiona y nos emociona”.
En esta ocasión, Carmen Alborch habla de Valencia, la ciudad de su infancia y juventud, pero también de las ciudades como espacio de encuentro y convivencia donde se debería compaginar lo útil y lo bello; de su paso por la universidad, de la amistad, de la cultura, de los cambios sociales, en definitiva, de la vida: “El libro es, en realidad, una excusa para debatir, aprender, convivir, para hablar de nuestro entorno Es un libro impresionista porque recoge parte de una historia personal que transcurre en un escenario preferente, mi ciudad; escenario o paisaje que acoge distintas escenografías, diferentes representaciones que nos conectan con otros tiempos y espacios, porque la ciudad no deja de ser una compleja red de redes de ciudades con retos y problemas similares, ciudades con las que se sintoniza, para el disfrute y el aprendizaje, ciudades que nos inspiran, ciudades para la vida. Me considero cosmopolita, porque me siento, como tantas personas, concernida, afectada, involucrada por aquello que sucede en mi tiempo y porque el mundo es nuestro lugar. El viaje en el tiempo o a través del tiempo tiene como finalidad conocer mejor la propia historia, no detallada, a grandes trazos, pequeños rasgos, apuntes, que van configurando una imagen. Conocer un poco más nuestra propia historia individual y colectiva nos permitirá aprender de nuestros errores, valorar los aciertos, anticiparnos, prever. La aproximación entre tiempo y lugar aparece como un producto nuevo, enriquecido, un equipaje para continuar el viaje y la ciudad”
“La ciudad y la vida” es un viaje interior y exterior por los lugares de la memoria y los paisajes del presente que Carmen Alborch considera especialmente significativos, un libro rebosante de vitalidad, de vivencias y de ideas: “Las personas y las ciudades estamos siempre en construcción y por eso es interesante repasar siempre lo que hemos hecho. La ciudad también es el paisaje que se ha ido y que se va haciendo con nuestro quehacer, nuestros esfuerzos, nuestro talento, nuestros errores, y el azar, lo imprevisto y lo imprevisible, y la naturaleza existente y quebrada, y el sitio, tantas veces olvidado.”
“La ciudad y la vida” está estructurado en cinco capítulos y una coda final. Los títulos son suficientemente ilustrativos. El primero, «El saber ocupa lugar», se centra en la Universidad. La amistad, las sintonías y las redes solidarias, reivindicativas, tecnológicas, protagonizan el segundo capítulo, «Redes». Bajo el lema «A cada época su arte, al arte su libertad», el tercer capítulo habla de la cultura, otra de mis pasiones. En el cuarto capítulo, «Totum Revolutum: paisajes, fuegos y ritos», se abordan las tradiciones, los ritos, algunos paisajes que están en nuestras raíces, que perviven y con los que seguimos disfrutando. Y por último, «La mitad del talento» se refiere al camino hacia la igualdad, tema central en nuestra sociedad y en la propia experiencia de Carmen Alborch.
Sobre la autora
Carmen Alborch, Doctora en Derecho y Profesora Titular de Derecho Mercantil, ha sido Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, Directora General de Cultura de la Generalitat Valenciana y Directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Ministra de Cultura del Gobierno de España entre 1993 y 1996, Diputada del Grupo Socialista en las legislaturas VI, VII y VIII, fue Presidenta de la Comisión de Control Parlamentario de RTVE y Presidenta de la Comisión Mixta de Los Derechos de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades en el Parlamento Español.
En 2007 fue candidata a la alcaldía de Valencia, desde entonces ejerce de portavoz socialista en el Ayuntamiento, tarea que compatibiliza con la de Secretaria Primera del Senado desde 2008. Le ha sido concedida la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort. Fue nombrada Officier Dans L’ordre Des Arts Et Des Lettres, y es poseedora de La Gran Cruz de Carlos III.
Además de diversas obras especializadas relacionadas con el Derecho Mercantil, es autora de Solas (1999), Malas (2002), y Libres (2004), ensayos que han alcanzado un notable éxito editorial.