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10 dic 2009 NCV (Noticias Comunitat Valenciana)

Intervención del Presidente de Cámara Valencia, Arturo Virosque, en la Noche de la Economía Valenciana

Valencia, 10/12/2009

Llevo casi 60 años defendiendo a las empresas a través de federaciones, confederaciones e instituciones empresariales, y nunca, hasta hoy, me había encontrado en una situación como la actual, una situación de crisis en todos los ámbitos de la sociedad.
Ante unas circunstancias tan difíciles como las actuales, mi objetivo, más que nunca, es seguir defendiendo a las empresas, por encima incluso de las instituciones políticas y administrativas.
Antes que nada, quiero explicarles en qué estamos trabajando en la Cámara, qué servicios estamos dando con nuestro presupuesto y qué hace la Cámara por las empresas valencianas.
Como ustedes saben, las Cámaras se financian por Ley a través de las cuotas de las empresas, de los servicios que prestan a las administraciones y de los fondos europeos que se utilizan para dar servicio a las empresas.
La Cámara ha gestionado 25 millones de euros de fondos europeos destinados a prestar servicios a la Generalitat y a las empresas, de los cuales un 60 por ciento provienen de propios fondos europeos, a través del Consejo Superior de Cámaras, y el resto son aportados por la Generalitat y por la Cámara y, en menor medida, por los Ayuntamientos.
Todas las empresas de la provincia de Valencia tienen derecho a utilizar los servicios de la Cámara, independientemente de si pagan cuota o no.
Tanto es así, que la mitad de las empresas valencianas no paga cuota cameral.
De los que pagan, el 87 por ciento paga menos de 50 euros anuales.
Y sólo un 1 por ciento paga más de 1.000 euros.
La Cámara de Valencia dispone de un presupuesto inferior a otras cámaras mayores a la nuestra, pero somos capaces de ofrecer los mismos servicios, incluso mayores.
Servicios como la formación empresarial; sólo durante el año pasado, más de 7.000 alumnos han pasado por nuestra Escuela.
Servicios como la Ventanilla Única Empresarial, que ha creado más de 5.000 empresas, la mitad por mujeres.
Somos la primera Cámara de Europa que ha puesto en marcha una Antena en la Universitat de Valencia.
Desde ella, se han creado 12 empresas universitarias y se han atendido más de 2.000 consultas.
Somos la Cámara que más Antenas Camerales, es decir, delegaciones, tiene ubicadas en Ayuntamientos a lo largo de la provincia.
Hemos abierto 7 Viveros de Empresas, y uno a punto de inaugurar, que acogen a 175 empresas.
Cada año, más de cien empresas aprenden a exportar con la cámara, a través de los planes PIPE puestos en marcha con el IVEX e ICEX.
Próximamente, inauguraremos las nuevas instalaciones de la Cámara en el parque tecnológico de Paterna, 13.000 metros cuadrados útiles dedicados a formación.
Además, la Cámara ha defendido y defiende los intereses de las empresas valencianas, promoviendo estudios y reclamando inversiones en infraestructuras: puertos, aeropuertos, ferias…
Fuimos los primeros en reivindicar el Corredor Mediterráneo y llevamos años muchos defendiendo infraestructuras que favorezcan la competitividad de nuestras empresas.
Recientemente, la Cámara se ha involucrado en apoyar una iniciativa del Gobierno central para promover un congreso internacional y una feria de infraestructuras, transportes y logística que se celebrará en Valencia a finales de 2010, con la llegada del AVE.
Próximamente, firmaremos un convenio entre Cámara Valencia, el Consejo Superior de Cámaras y el Ministerio de Fomento para poner en marcha este proyecto.
Situación Económica
La situación de la economía valenciana, como la española, es enormemente preocupante, es una realidad que no se puede ocultar y que están viviendo todos ustedes.
El presidente del Banco Central Europeo ha dicho esta semana que “los que piensan que la crisis ha pasado y que podemos volver a la situación anterior están muy equivocados”.
Además, Trichet ha exigido a los bancos que usen las ayudas públicas que han recibido para dar créditos y no para especular.
Según el Banco de España, las empresas están atravesando el periodo más duro de la crisis más profunda de su historia y sus cuentas arrojan saldos peores que en 1993.


Los resultados empresariales han sufrido un desplome de casi el 30% entre enero y septiembre de este año y no se descarta un empeoramiento en los resultados para 2010.
Para evitarlo, el Banco de España pide reformas profundas, ambiciosas y urgentes, en la misma línea de lo que ya pedíamos las Cámaras de Comercio españolas hace un año.
La situación de la economía valenciana no se diferencia de la española, pero debido a nuestra estructura productiva la recesión es más acusada en Valencia.
En Valencia predominan las pequeñas empresas, una industria tradicional de bienes de consumo y un sector de la construcción con un peso excesivo.
La consecuencia más grave de la crisis es la pérdida de puestos de trabajo: en sólo un año se han perdido 200.000 puestos en la Comunidad Valenciana y 1.800.000 en España.
Las expectativas para el próximo año son preocupantes para la mayoría de los sectores, ya que el mercado nacional está prácticamente parado.
La excepción está en sectores como el turístico, que se están recuperando y parece que no están tan afectados.
Además, algunas empresas están aprovechando la recuperación de algunos países europeos para salir al exterior.
Sin embargo, para no depender del exterior y que la recuperación se convierta en crecimiento estable y cree empleo, es necesario que se produzcan importantes transformaciones en el tejido productivo valenciano.
A corto plazo, la prioridad es recuperar la confianza para recuperar la demanda.
El sistema tiene que generar confianza
Pero la confianza es como la autoridad, se gana demostrando con nuestra actuación que sabemos hacia dónde vamos, por qué camino y en qué plazos.
Esa confianza que tantos dicen que hay que transmitir a la sociedad, sólo la podemos dar las empresas.
Y la vamos a dar recuperando los valores tradicionales del empresario: el esfuerzo, el sacrificio, la austeridad.
La vamos a dar manteniendo y creando puestos de trabajo, como siempre lo hemos hecho.
No hay mejor acción social que la que realiza la empresa cuando crea empleo.
Los empresarios devolveremos la confianza arriesgando nuestro patrimonio, invirtiendo y trabajando para consolidar un proyecto a largo plazo.
Durante unos años, hemos vivido pensando que la rentabilidad se podía obtener sin esfuerzo.
Muchos han buscado el beneficio inmediato y el negocio fácil, abandonando sus empresas para buscar ganancias en otros sectores.
Pero los años de enriquecimiento fácil se han terminado.
No hay que rebuscar en el pasado, pero sí aprender de él
La crisis ha venido para quedarse y si queremos deshacernos de ella tendremos que echarla, porque ella sola no se va a marchar, como piensan algunos políticos.
Las empresas tenemos que ser capaces de liderar este cambio recuperando los valores del esfuerzo, la ética, el sacrificio y el trabajo.
Las empresas tenemos que iniciar el cambio, seremos capaces de generar riqueza y puestos de trabajo que beneficiarán a toda la sociedad.
Cuando me dicen que mi visión es alarmista, siempre contesto que mi empresa ha acometido la mayor inversión en años, y que si no creyese en el futuro no lo hubiera hecho.
Los empresarios tenemos que transmitir a la sociedad que necesitamos de ella, necesitamos que pierda el miedo, que compre, que recupere la confianza.
Lo que no se vende, no se produce, y las empresas necesitamos producir para poder vender.
Pido a la sociedad que incremente el consumo, sin derrochar, consumiendo con responsabilidad.
Les prometo que así saldremos de esta crisis.
Pero en esta lucha, los empresarios necesitamos que los políticos estén de nuestra parte.
Sabemos las dificultades que tienen los gobiernos autonómicos en temas de financiación, pero también podemos exigirles productividad en los servicios, austeridad en el gasto, racionalidad en las inversiones y una mayor atención a las necesidades sociales, sobre todo en estos momentos.
Sabemos que los gobiernos han hecho cosas positivas, lo hemos podido ver estos días con la afluencia de turistas en la ciudad de Valencia.
Igual de positiva ha sido la rebaja de impuestos, entre otras medidas puestas en marcha por la Generalitat.
Podríamos decir que el gobierno valenciano es el gobierno autonómico que más cerca ha estado de las empresas y que más iniciativas ha tomado en su defensa.
Y eso es algo que los empresarios reconocemos y valoramos, a pesar de que no siempre estemos de acuerdo.
Sabemos también que no podemos exigir a los gobiernos autonómicos una responsabilidad que no tienen, sobre todo en el ámbito legislativo, cuya única responsabilidad corresponde al gobierno central.
Tenemos que saber diferenciar lo que puede hacer cada gobierno.
Pero al gobierno central sí le podemos pedir que ponga en marcha una reforma legislativa.
Tienen que escuchar a los empresarios.
En un país donde no ha hay democracia empresarial, las empresas no tenemos libertad para actuar.
Este país no necesita una reforma laboral, sino una nueva LEY laboral en la que participen los empresarios y los sindicatos, sin que intervenga para nada la Administración.
Los empresarios queremos que los salarios se apliquen a la productividad y no a la antigüedad.
El gobierno insiste en que las empresas innoven, pero el propio Gobierno no pone en práctica la innovación.
El Gobierno está ahora en un momento idóneo para innovar:
  • Innovar en una nueva ley Laboral
  • Innovar en una nueva ley fiscal
  • Innovar en una nueva justicia.
  • Innovar mejorando la gestión pública, introduciendo productividad en los servicios.
  • Innovar en temas energéticos, abriendo un debate sobre el suministro energético.
  • Innovar en un nuevo sistema financiero obsoleto, que atraviesa una situación delicada.
  • Innovar agilizando la creación de empresas y reduciendo los trámites burocráticos
  • Innovar potenciando la formación profesional, la educación e impulsando la enseñanza de idiomas.
  • Innovar, incluso, en una posible reforma de la Constitución Española.
El informe que elaboramos las Cámaras españolas lo decía bien claro, pero el Gobierno ha hecho un trámite fluvial con el informe, vamos, que se lo ha llevado el río, como otras tantas propuestas de los empresarios.
Lo que tienen que hacer los políticos es hablar menos y escuchar más lo que decimos los empresarios.
En 2003 ya advertimos con un estudio sobre los efectos negativos de la globalización y fuimos muy criticados por los partidos políticos.
Ahora, siguen sin escucharnos…
Que empiecen a innovar los Gobiernos y dejen de darnos lecciones, que los empresarios ya sabemos lo que necesitan las empresas para salir de esta crisis y crear empleo.
El Gobierno también pide reformas en el sistema productivo y propone cambios como la Ley de Economía Sostenible, que los empresarios esperamos como la mayor revolución económica de este país.
Sin embargo, todos sabemos que los cambios que se nos piden no se pueden acometer desde la situación actual.
Un cambio productivo requiere de inversiones millonarias en equipo, en nuevas tecnologías, en formación, en adaptación de los procesos productivos, en investigación de mercado, en innovación…
Los que hablan de cambios en el sistema productivo con esa ligereza desconocen el comportamiento de las empresas, no saben lo que es arriesgar su patrimonio para emprender un negocio.
Para cambiar el modelo productivo hace falta, entre otros, un cambio legislativo y del sistema fiscal y laboral.
Las Cámaras de Comercio hace tiempo que pedimos medidas que ayuden a superar los puntos débiles de nuestra economía:
  • Incrementar la inversión productiva que genere valor y formar el capital humano.
  • Orientar la actividad hacia nuevos productos, actividades y canales de comercialización que generen valor añadido.
  • Reforzar las estrategias empresariales con el fin de adecuar el tamaño de la empresa, mejorar su gestión financiera y facilitar su implantación en el exterior.
  • Reforzar la formación de empresarios y crear una base sólida de emprendedores para conseguir una estructura empresarial con futuro.


Las empresas no somos responsables de la crisis
Nos quieren responsabilizar a las empresas de esta crisis, cuando las empresas somos las víctimas, no los verdugos.
Incluso han convocado una manifestación contra las empresas en el momento en que más necesario es apoyar a los empresarios.
Durante los diez primeros meses de 2009, han desaparecido más de 50.000 empresas en España, cerca de 10.000 en la Comunidad Valenciana.
Estamos en el holocausto de las empresas, sobre todo de las pequeñas y medianas.
Y cada empresa que cierra, se pierden puestos de trabajo.
Las más afectadas son las microempresas, seguidas de las pequeñas, tanto en número de empresas como en trabajadores afectados.
Este dato demuestra que las pymes necesitan un tratamiento especial para sobrevivir, unas medidas que el Presidente Obama anunció hace unos días para las pymes norteamericanas, sobre todo en fiscalidad.
Muchas de las que no cierran, se ven obligadas a emigrar.
En los años 50, los españoles salían a trabajar a otros países europeos; ahora, son las empresas las que emigran para subsistir.
Yo no sé a qué esperan los gobiernos para tomar medidas que de verdad funcionen.
Si las que se han tomado, no dan resultado, habrá que buscar otros caminos, otras soluciones.
Es verdad, y hay que reconocerlo, que los Gobiernos están ofreciendo ayudas económicas a las empresas para paliar las urgencias del día a día.
Las empresas valoramos y apoyamos estas ayudas, pero también debemos decir que no llegan a todas las empresas y, en ocasiones, se aplican con criterios políticos, no empresariales
En cambio, las medias fiscales, laborales, la reducción de impuestos… estas medidas sí que son beneficiosas para todas las empresas, aunque también es cierto que no tienen rentabilidad política.
A pesar de todo, tengo que transmitirles que creo en el futuro.
Y creo en el futuro porque creo en la sociedad y en las empresas.
Empresas como las que esta noche reciben un premio cámara.
Empresas como las de ustedes, que cada día luchan por sobrevivir y mantener puestos de trabajo.
La recuperación de la confianza será el punto de partida para este cambio, y seremos las empresas, junto a las Cámaras españolas, quienes daremos confianza a la sociedad.
Las empresas vamos a impulsar y liderar este cambio, pero para ello necesitamos que la sociedad esté con nosotros.
Pero esta noche les pido que vuelvan a invertir, a consumir sensatamente, con responsabilidad, pero que consuman.
Reactivando el consumo, incrementando la demanda, reactivaremos la producción.
Y eso les pido a todos esta noche, que tengan confianza como las empresas vamos a tenerla.
Si nos apoyan en este cambio, lucharemos por el futuro del país, de nuestras empresas, de nuestras familias y del bienestar social.
Las empresas lo haremos como siempre lo hemos hecho: trabajando, arriesgando, sacando nuevos productos al mercado, invirtiendo, esforzándonos el doble sin esperar beneficio inmediato.
Las empresas que hoy reciben los Premios representan al conjunto de las empresas valencianas, a las más de 175.000 empresas que cada día realizan un esfuerzo para sobrevivir, mejorar, innovar y ser más competitivas, en un momento tan complicado como el que atravesamos.
Son empresas que reinvierten, que confían en el futuro y por eso siguen adelante.
Gracias a empresas como estas, lograremos salir de esta crisis de enormes dimensiones, como han salido otros países.
Felicidades a todas las empresas premiadas, mi más sincero reconocimiento y felicitación, así como a las empresas centenarias y a la Fundación Bancaja, que esta noche recibe el Premio Extraordinario como reconocimiento a su magnífica exposición sobre nuestro pintor Joaquín Sorolla, “Visiones de España”.
Queridos amigas y amigos, empresarias y empresarios, os deseo, dentro de las circunstancias que atravesamos, lo mejor para vuestras familias, trabajadores y empresas.
Bon Nadal y un fuerte abrazo a todos.

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