Así lo han expuesto durante su IV Encuentro celebrado en Barcelona. Desde hace años, ambas instituciones consideran que una de las prioridades estratégicas en el ámbito de las infraestructuras españolas es el desarrollo de su Eje Mediterráneo con el objeto de atender a una doble necesidad. De una parte, dotar de una mayor capacidad y fluidez al eje de mayor tránsito de personas y mercancías de España que es, además, su principal espacio de generación de actividad económica y de exportaciones de bienes y servicios y el que cuenta con los dos principales puertos interoceánicos del Mediterráneo.
De otra parte, por la indispensable y urgente conexión a la red de ejes prioritarios de la Unión Europea. El Eje Mediterráneo se constituye en la alternativa más natural y eficaz en la conexión de España a los mercados europeos. Una Unión Europea en la que, como consecuencia de su ampliación, cada vez resulta más complejo priorizar las demandas provenientes de su entorno periférico. Por ello, y en especial en una situación de profunda crisis económica, se debe aprovechar la Presidencia de la Unión para relanzar y consolidar esta opción estratégica prioritaria de la economía española.
Una prioridad que la crisis global, y en especial la manera en que viene afectando a la economia española, no hace más que confirmar. La salida de la crisis exige, ineludiblemente, reforzar nuestra capacidad competitiva y apostar, aún más, por los mercados internacionales. Pues son precisamente los mercados exteriores, ante la situación de gravísima debilidad de la demanda interna y fuerte déficit y endeudamiento exterior, los que pueden sustentar en gran medida la actividad productiva española, impulsar la reactivación de nuestra economía y equilibrar las cuentas exteriores del país.
La alta velocidad para personas y la conexión ferroviaria en ancho europeo para mercancías permite, por otro lado, integrar y consolidar la conurbación supra-regional más importante de España, que cuenta con la mayor y más diversificada concentración económica y el principal espacio turístico del país. En la medida en que son las mega-regiones y sistemas de ciudades fuertes y bien integradas los espacios que, por las sinergias y creatividad que generan, mejor pueden competir en la economía global, el Eje Mediterráneo debe constituirse en una prioridad de la política nacional y una fuerza fundamental de la política de ordenación del territorio europea.
Desde hace décadas, AVE y Círculo de Economía han manifestado una clara vocación productiva, y un firme compromiso son el desarrollo equilibrado del conjunto de España y su plena conexión con el espacio europeo. Llevados por ese ánimo, solicitan una atención prioritaria durante el presente semestre de Presidencia Española de la Unión Europea al reforzamiento del llamado Eje Mediterráneo.