La deserción por parte de las clases acomodadas, la presencia cada vez más intensa de los automóviles, y por lo tanto del tráfico, y la imposición del fútbol como el deporte supremo, relegaron la pilota valenciana a un segundo plano. Eran los años sesenta y ese nuevo sistema económico, tecnológico, social y cultural, apodado globalización, forzaba a despejar las calles de ciudades y pueblos, el terreno de juego por excelencia del deporte más practicado en la Comunitat Valenciana entre los siglos XV y XVIII.
Pese a su indiscutible esplendor durante la Edad Moderna en estas tierras, ya existían testimonios sobre la práctica de dicha disciplina en lugares tan remotos como la Grecia antigua. De hecho, a las innumerables conquistas del rey Alejandro Magno también puede sumarse la de este deporte, que practicaba con devoción bajo el alegato de 'mens sana in corpore sano'. Algún tiempo después, allá por 1540, un cartel anunciaba la mítica partida que enfrentó al escultor florentino Cellini, con faja roja, con el mismísimo rey de Francia, François I, que lució, para la ocasión, la banda azul. La pilota también fue protagonista durante la Revolución Francesa, cuando a falta de una Asamblea Nacional física en la que pudieran reunirse los diputados, el año 1789 se aprobó la primera Constitución gala en el pabellón destinado al jeu de paume (juego de pelota). Leer más


