Valencia, 21/06/2015
Estoy algo -bastante- decepcionado con ONO, ahora Ono One - Vodafone. Me explico: hoy me han cortado el servicio sin previo aviso por una factura impagada del mes de mayo, la cual yo no tenía constancia. El 'error', por llamarlo de alguna forma, ha sido debido a que mi banco no ha pagado la factura, al estar mi cuenta en descubierto. Habitualmente el banco tiene la cortesía de adelantarme dichos pagos, dichos descubiertos, pero al hacerlo 'manualmente' esa factura en concreto se les pasó por alto, según me han confirmado hoy mismo. Muy perdonable, ¿no?
Bien, el caso es que ONO, ahora bajo la gestión y mando de Vodafone, no ha tenido la cortesía de comunicármelo y de un día para otro -hoy- me ha cortado el servicio. Ni siquiera podía llamar al servicio gratuito de atención al cliente, he tenido que hacerlo desde otro teléfono (¿!). Y eso que soy un cliente casi desde sus inicios.
Está claro que el impago de una factura lleva al corte del servicio, pero ¿y si no lo sabes? ¿No deberían avisarte de alguna forma? Parece ser que no, que la carta de impago se envía cuando el servicio ya ha sido cortado, según me ha indicado un agente comercial de ONO-Vodafone. Quiero puntualizar que el trato del comercial que me ha atendido ha sido excelente en todo momento; lo justo es lo justo.
Hoy mismo he pagado la factura pendiente y me han dado de alta de nuevo el servicio, pero ¿había que haber llegado a ese punto?, me pregunto. Creo que algo está fallando en cuanto a servicio de atención al cliente, y no por parte de los trabajadores, sino por las 'filosofías' de empresa. Muchas llamadas para ofrecerte todas las ofertas del mundo, pero no para avisarte de una situación de 'irregularidad', como la han llamado. En fin, así son los tiempos que estamos viviendo. El factor humano va desapareciendo, poquito a poco...
Mientras tanto, iré buscando algún servicio nuevo, aunque me temo que será 'más de lo mismo'. Me queda la resignación (¿resignación!...). Sinceramente creo que algo en los 'engranajes' de las grandes compañías está fallando; están perdiendo la confianza de algo muy importante: nosotros, los clientes.
E. M. Lloret
