Opinión
Valencia, 30/04/2009
Conocí a Domingo Ochoa en un desayuno empresarial en el que yo hablaba de emprendedurismo e innovación. Confieso que al principio le juzgué y no le tomé muy en serio. Fue el tiempo el que me mostró que ese proyecto de crear un superdeportivo valenciano tenía sentido.
Para empezar, él nunca habla en primera persona, pese a ser el cerebro del proyecto que acaba de presentar. Y yo me planteo ¿Se resalta la importancia del equipo humano a la hora de poner en marcha una empresa o un negocio?. Iluminado por ese fenómeno llamado “Alonsomanía”, o “ Magic Alonso” , se analiza el fenómeno de su éxito y se comprueba que no se debe sólo a sus indudables capacidades como conductor sino por un equipo que en pista, nada más y nada menos mueve a más de 190 profesionales para buscar los laureles del éxito, porque el triunfo desde luego es de todos y no sólo de Fernando Alonso.
Así, una maniobra de un cambio de ruedas, no puede sobrepasar los siete segundos. Cualquier error echaría por tierra la actividad de un equipo. Uno afloja la tuerca, otro la quita y pone la nueva, para que el primero la apriete, pero con la suficiente sensibilidad como para que no sea poco este agarre, lo que haría que ésta saliera o bailara o si la aprieta demasiado, hacer perder el tiempo si la operación tuviera que repetirse. Si todo esto lo complementamos con dos mecánicos más que introducen combustible con una manguera especial que pesa más de cuarenta kilos y que inyecta 12,5 litros por segundo y si además participan otros mecánicos que son los encargados de la limpieza de conductos del aire, visera, extintores, dispositivo de arranque en caso de que se cale el motor, el ajuste de alerones, etc….nos enfrentamos a un ejercicio altamente complejo para el que hay que estar bien entrenado.
Atrás quedó el empresario-gerente del modelo “ordeno y mando” para dar cabida al líder actual que es quién conduce a su equipo por la mejor senda, ¡y qué mejor símil que el del automovilismo! La estrategia de una empresa, como la del equipo de Domingo Ochoa, está constituida por el conjunto de acciones y decisiones encaminadas a encontrar una ventaja diferencial o ventaja competitiva que dote a la misma de una posición fuerte y defendible a largo plazo frente a las competidoras.
El resultado de todo este “saber hacer” ha dado lugar a un habitáculo de lujo que combina sabiamente tecnología, diseño y exclusividad sobre un motor Viper de 10 cilindros en V, con 8.300cm3 en versiones gasolina y bioetanol, con una potencia de 780 y 840 caballos. Una obra de ingeniería destinada con preparada para circular con una velocidad máxima cercana a los 350km/hora y una aceleración de 0 a 100 en menos de 3 segundos. Imparable domingo, imparable GTA.
Por José Mª Guijarro y Jorge
Subdirector del Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen (AIDO)
Doctor en Economía