AVA-ASAJA cifra en más de 133 millones los daños causados en la agricultura por los últimos temporales

Valencia, 27/01/2010
Las incidencias climáticas que viene azotando a la Comunitat Valenciana desde mediados del pasado mes de diciembre en forma de heladas, fuertes vientos y lluvias han castigado con gran dureza a la agricultura en general y a la citricultura en particular. Las pérdidas superan, en su conjunto, los 133,4 millones de euros.

Según el informe elaborado por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), en el cultivo de los cítricos la cuantía de los daños causados por los últimos temporales asciende a 122,2 millones de euros. El tonelaje que se ha visto gravemente afectado, hasta el punto de haber perdido su condición comercial, se eleva a 439.000 toneladas, lo que equivale casi al 50% de la cosecha que aún quedaba disponible. Las intensas heladas que se registraron en la Comunitat Valenciana a finales de diciembre y en los primeros días de este mes de enero son la causa principal de las cuantiosas mermas sufridas por la citricultura, si bien el viento y la afección del “pixat” provocada por la acumulación de la lluvia, también han contribuido de manera destacada a incrementar el alcance de los daños.

El hecho de que cientos de miles de toneladas de cítricos hayan quedado comercialmente inservibles como consecuencia de las heladas supone ahora un riesgo añadido que puede tener consecuencias muy negativas sobre el desarrollo de la campaña citrícola, tal como advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. “La coyuntura actual es muy delicada –subraya Aguado- porque hay un gran cantidad de fruta dañada por el frío que no debe salir a los mercados en fresco bajo ningún concepto. Si se envía mercancía helada defraudaremos las expectativas de nuestros clientes y de los consumidores con el resultado habitual en estos casos que, ya se sabe, no es otro que el del hundimiento de los precios. No podemos repetir los mismos errores que se cometieron a raíz de las heladas de 2005”. Por ello, y en aras de evitar una situación tan indeseable para el conjunto del sector citrícola, el máximo responsable de AVA-ASAJA exige a los servicios de inspección de todas las Administraciones que “extremen al máximo los controles sobre la fruta, tanto en el campo como en el almacén para evitar que lleguen a los mercados cítricos que no reúnen las condiciones comerciales adecuadas. Quiero apelar a la responsabilidad de los operadores y de los servicios de inspección para que trabajen con total seriedad y eviten así que pueda producirse un descalabro”.

Otros cultivos y medidas compensatorias
Aun siendo la citricultura el cultivo más afectado por las consecuencias del clima no ha sido el único. La brusca caída de las temperaturas ha afectado a lechugas, alcachofas, habas y coliflores de las comarcas de Camp del Turia, L´Horta y la Ribera. El nivel de afección se estima en torno al 20% de la producción, mientras que la cuantía de las pérdidas económicas se sitúa en torno a los 2 millones de euros. También las plantas ornamentales han sufrido la incidencia del frío y del viento, que ha ocasionado roturas de consideración en invernaderos y cubiertas de plástico. En este caso los daños ascienden a 4 millones de euros y la comarca de la Ribera es la que se ha llevado la peor parte.

En cuanto al olivar, las últimas heladas han causado un considerable deterioro sobre ese 10% de la cosecha que quedaba pendiente de recolección. Las áreas productoras de Utiel-Requena, Alto Turia y la Canal de Navarrés han sido las más afectadas y los daños, motivados por la pérdida de calidad se cifran en unos 200.000 euros.

Finalmente, las lluvias y el viento, sobre todo, han destruido numerosas infraestructuras agrarias, tales como techos de almacenes y granjas, márgenes de explotaciones y caminos rurales. En este capítulo, el valor de los desperfectos se sitúa en unos 5 millones de euros. Así, las cosas, el balance provisional de los daños provocados por los últimos temporales en el conjunto de la agricultura valenciana arroja un saldo negativo que supera los 133 millones de euros.

AVA-ASAJA considera que la magnitud del desastre es tal que resulta imprescindible la puesta en marcha de medias encaminadas a paliar sus consecuencias sobre la renta de los agricultores. Aguado señala al respecto que “lo que se impone en estos momentos es el establecimiento inmediato de una reducción de los módulos fiscales, la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) rústico, la aprobación de créditos bonificados y la concesión de ayudas para que los afectados puedan recuperar la capacidad productiva”.